Indumentaria
Hoka One One Bondi 5: la experiencia de usarlas
Apenas uno se sube a estas zapatillas siente ese colchón debajo de sus pies, que puede ser un poco extraño al comienzo, pero que no resulta molesto en absoluto a la hora de correr. Esta capa gruesa redunda en un calzado con poca flexibilidad.
Sin embargo, la transición pisada-despegue es buena, favorecida por la forma curva de la parte inferior (sin ser exagerada, permite el movimiento de natural para avanzar con el siguiente paso).
Como la parte inferior es pesada por definición, Hoka decidió ahorrar gramos en el upper, construido sin una sola costura (lo que evita roces molestos), agregando simplemente, mediante termosellado, algunos apliques impresos en 3D que colaboran en la sujeción del pie.
Si bien en algunos sitios encontramos opiniones que se refieren a una ventilación algo deficiente del calzado, en lo personal no nos pareció que hubiera inconvenientes en este aspecto. Una serie de perforaciones en puntos específicos del pie permiten un aceptable paso del aire.
El cuello donde ingresa el pie, no son lo suficientemente confortables y pueden llegar a ser incómodos después de unos cuantos kilómetros. Otro punto a tener en cuenta es que en su parte posterior (hacia el talón) es un poco elevado, lo que podría ser molesto para el tendón de Aquiles.
Este modelo (y la marca en general) apunta a corredores de ultras. Así y todo, desde su fundación, muchos corredores de distancias menores se sintieron atraídos y luego satisfechos con sus prestaciones. Como recomendación, son ideales para fondos largos o carreras de largas distancias y no tanto para pruebas de media maratón o más cortas.
El ritmo de carrera apuntado es también moderado (los velocistas quizá prefieran buscar por otro lado). Son zapatillas de calle, pero se comportan bien en pruebas de trail de dificultad leve o moderada: por su robustez, se pueden pisar raíces, piedras o ramas prácticamente sin sentirlas, ya que el impacto será absorbido por la entresuela.
Como la parte inferior es pesada por definición, Hoka decidió ahorrar gramos en el upper, construido sin una sola costura (lo que evita roces molestos), agregando simplemente, mediante termosellado, algunos apliques impresos en 3D que colaboran en la sujeción del pie.
Si bien en algunos sitios encontramos opiniones que se refieren a una ventilación algo deficiente del calzado, en lo personal no nos pareció que hubiera inconvenientes en este aspecto. Una serie de perforaciones en puntos específicos del pie permiten un aceptable paso del aire.
El cuello donde ingresa el pie, no son lo suficientemente confortables y pueden llegar a ser incómodos después de unos cuantos kilómetros. Otro punto a tener en cuenta es que en su parte posterior (hacia el talón) es un poco elevado, lo que podría ser molesto para el tendón de Aquiles.
Este modelo (y la marca en general) apunta a corredores de ultras. Así y todo, desde su fundación, muchos corredores de distancias menores se sintieron atraídos y luego satisfechos con sus prestaciones. Como recomendación, son ideales para fondos largos o carreras de largas distancias y no tanto para pruebas de media maratón o más cortas.
El ritmo de carrera apuntado es también moderado (los velocistas quizá prefieran buscar por otro lado). Son zapatillas de calle, pero se comportan bien en pruebas de trail de dificultad leve o moderada: por su robustez, se pueden pisar raíces, piedras o ramas prácticamente sin sentirlas, ya que el impacto será absorbido por la entresuela.
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